miércoles, 30 de noviembre de 2011

36. (16 enero 2010)

-¡Hola niño!. ¿Qué tal ese paseíto?.
-¡Muy bien!. Como te dije, aunque suene muy cursi -parece automotivarse positivamente, que no es mi caso-, salí a caminar y correr por el río. Y llevaba por dentro una energía tan especial, de haberla compartido tu y yo, que te juro que mientras corría mi respiración era más vital, aguantaba más y mejor... Vamos, que el paseo fue, en una palabra, revitalizante.
-Genial.
-Mmm. Me ha dicho un pajarillo que te han dejado un detallito en el buzón, chica...
-Dios, hoy deseaba charlar contigo aunque solo fuesen cinco minutos. ¿Sabes?, lo que me ocurrió anoche jamás me había pasado.
-Pues nada, nada, que no os interrumpo, Angela. Tu... a hablar con Dios 'hoy deseaba hablar contigo', jajaja, lo has dicho. Y lo de anoche... júrame que es cierto, niña, porque es una pasada.
-Después de estar en mi cama, desnudita del todo, me levanté para ir al buzón, una fuerza imposible de describírtela me empujaba a ello...
-¿Que mágico, no?.
-Y que sorpresa, lo que encontré en ese buzón, ayyyyyyy niño, cómo escribírtelo, tendría que estar en ese momento delante de ti, para que me comprendieras. Y te juro por mis hijos y mi nieta, que es lo que más quiero en este mundo, que lo que te he escrito, es lo que en ese momento viví.
-También pensé en dártelo personalmente. Pero no me pude aguantar las ganas de enviártelo y saber que lo recibirías y te pondrías muy contenta al saber que era mío. Por eso te lo envié. Y cuando leí lo que me escribiste ayer... Aquí si que tenías que haber sido tu la que viese mi cara. Una sonrisa de alelado que no veas, y después de leerte eso que dices, respirar profundamente, y al ir soltando el aire, la piel que se me pone de pollo, pero totalmente todos los pelos erizados de la emoción.

Einstein dijo una vez 'Dios no juega a los dados'. En mi vida actual con Angela, en la maravillosa relación que compartimos, en el amor mutuo que nos damos incondicionalmente uno al otro, me doy cuenta de como los acontecimientos afectan unos a otros, y hay una música, una vibración de fondo que da vida a todo eso. Cuanta verdad hay en las palabras 'lo que das te lo das, lo que no das, te lo quitas'. Sin buscar recibir, cuanto más nos entregamos y nos damos plenamente Angela y yo uno al otro, mucho más recibimos en todos los sentidos. De eso somos conscientes y la experiencia nos hace ver y sentir que es así.

Las palabras no son las cosas, por mucho que haya muchas personas que se sientan sabias por haber leído mucho o saber mucho. En nuestra relación, he llegado a la conclusión de que la verdadera sabiduría se adquiere al vivir, al tomar conciencia de las experiencias. Yo, gracias a esta gran mujer que es mi vida, me estoy volviendo cada día más sabio en el amor, y en ser más y mejor en la pareja.

-Víctor, el libro me huele a ti. ¿Lo has perfumado con tu colonia habitual?.
-Si, jajaja. Es el perfume que me gusta usar. ¿Adivinas de que firma puede ser?. Te doy una pista. La creadora es una mujer. Piensa en mujeres con una línea muy moderna y actual de perfumes, complementos...
-¿Es (nombre)?. Me encanta el olor de ese perfume.
-¡Error!. Jajaja, te pillé. Es de (nombre).
-Ah, si, ya se. Solo con tocarlo ya huele a ti. Por cierto, es preciosa la dedicatoria, y hay dos páginas con las que he llorado como una descosida. Una es la historia de la nube y la duna. Y la otra, la que habla de permanecer abiertos al amor.
-Si, esas son muy buenas historias. Yo ese libro ya me lo he leído desde que lo tengo cuatro veces. Y cuando necesito por ejemplo levantarme la energía, voy pasando páginas y me leo solo los se que me ponen las pilas.
-Tienes razón, Víctor.
-Y si, Angela, perfumé alguna que otra página, para que lo huelas -dura mucho el olor sobre el papel-, y te acuerdes de mi, corazón. El colgante, es normalito, pero el detalle es lo que importa, ya sabes. La piedra semipreciosa es 'ojo de tigre'. Me gusta porque según de la luz, hace líneas y contrastes chulísimos, chica.
-El colgante, desde que me lo puse en ese momento, de vez en cuando, lo aprieto con mis manos, lo llevo a mi corazón y después lo pongo en mi boca, es una acción que no se porque la hago, me encanta lo que siento al hacerlo.
-Angela, en la piedra va energía de la más pura y bella que pude condensar de mi corazón y mi ser. Lo hice así para que siempre tengas una reserva extra de energía y buenas vibraciones en cualquier situación, y por muy 'plof' como tu dices a veces que puede estar uno, te levante el ánimo.
-¡Mi niño, me encanta!. Es sencillo, pero vaya si has acertado. Gracias, gracias, gracias. Cuando iba en el autobús, me daba el sol, he visto su reflejo en la piedra, la he apretado, y no veas que sensación. De hecho, ahora estoy escribiendo con una mano y con la otra tengo cogida la piedra.
-Y además así, chica, te doy un pedacito de mi corazón para intercambiarlo con uno del tuyo, del mismo sitio para que podamos encajarlos bien, y así cada uno llevar su corazón en el corazón del otro.
-Pero cariño, ¿Tu me puedes explicar como sucedió eso?. Que no te puedas dormir, que te levantes y vayas derechita a donde algo precioso te estaba esperando.
-Ay, Angela, corazón. Eso no se explica. Es una señal de la Vida. Y es tu corazón, que me pasa como a mi, que yo hablo con él, y me hace a veces hacer o buscar algo, y me suceden cosas como a ti esa de anoche.
-Me estás haciendo llorar, Víctor, pero del gusto de que me esté sucediendo esto. Hoy seguro que si te hubiera visto, te habría comido a besos.
-¡Cachís!. Haberlo dicho antes, que yo me dejo que me dejes los labios y las mejillas desgastados, mmm.
-Te quiero, Víctor. Te Amo...
-Te Amo, Angela...
-Si me pides que me acerque a pasear contigo, me acercaré, pues no necesitaría pensármelo contigo.
-Es de madrugada y muy tarde, chica. Pero mañana no tengo plan, y podemos hacerlo.
-El domingo es buen día, Víctor. Y me encanta cuando me dices chica. Si a ti te viene bien.
-¿Te quieres venir el domingo?. Pues hecho.
-Es que me encantaría verte...
-¿Sobre las nueve o así te viene bien?. Ya mañana te concreto justa la hora, y te vienes y tomamos algo. O si quieres cenamos algo, yo te invito a tu gusto y ganas, que para eso ya pones tu el venir aquí. Lo dejo a tu elección, chica.
-Vale, mañana me dices, que estaré encantada de verte.

Así quedamos, en vernos al fin. Un hormigueo intenso recorría mi cuerpo, al saber que iba a estar con la mujer que me hacía escribir tanto, con tantas ganas, y con una energía especial que me tocaba el corazón. Mi mente jugaba a ver a Angela, y ya los pensamientos más lúcidos daban paso a los más románticos, y como no, los más vivos. Mi corazón suspiraba por conocer a esa chica, por compartir con ella, por escuchar su voz y mirar en sus ojos la esencia de su Ser. Todo tenía una vibración especial. Todo presagiaba que el encuentro iba a ser una explosión de luz, sensaciones y pasión.

Aprovecho y saco mi baraja del tarot. No soy experto ni llevo muchos años usándola. Más bien, de tiempo en tiempo la cojo del cajón, pregunto algo y, tras barajar las cartas, vuelvo una hacia arriba. Lo que me transmite esa carta, es un buen indicador de por donde van las energías. Dicho y hecho, me decido, y pregunto -ya que estoy escribiendo esta historia-, sobre el momento actual de nuestra relación de pareja. Y me sale la carta de 'El Sol'. Tras lo cual puedo leer lo siguiente, pinceladas aportadas por Alejandro, que lleva muchos años haciendo tiradas gratuitas a la gente los miércoles en el café La Temeraire, en París:

"El sol es bueno para cualquier nueva construcción, indicando que actúa el amor incondicional y presagia éxito basado en un recorrido cálido e iluminado. Es la cristalización de una pareja enamorada, la obtención de un éxito, una realización en cualquier ámbito de la vida humana, en sus aspectos intelectuales, emocionales, creativos o materiales. También es indicio de una nueva vida, dejando atrás las dificultades del pasado; plenitud con el alma gemela"

Por supuesto, creo que las personas tenemos corazones que vibran en la misma frecuencia repartidos por el mundo, y cuando encuentras a uno de ellos, la vida te cambia. Si además es tu alma gemela, como nos ocurre a Angela y a mi, pues el ser afortunados ya es algo genial. Y claro, que me salga esta carta, que aún siendo pistas y no verdades absolutas, habla de plenitud con el alma gemela y de la realización dentro de la pareja enamorada, ya es algo que te hace sentir una alegría inmensa.

-Me gusta el tipo de chica y mujer que tiene piel clara o media con pecas, del rubio al pelirrojo. ¿Y tu preferido en cuanto a estilo de chico, Angela?.
-Eyyy, pues yo tengo pecas. Y soy muy blanca, y de pequeña pelirroja -ahí queda eso, jajaja-. ¿Dices que tipo de hombre me gusta a mi?.
-Si. Pero no de carácter, sino de complexión, pelo, y cosas así.
-Yo no tengo un tipo de hombre, lo único que no me gusta que sean muy guapos. Me enloquece un chico con cara atractiva, pelo negro o castaño, ojos verdes, o color miel... Y me gustan los hombres cuando se dejan ese triangulito como yo digo de perilla, pero muy poquita. Vamos, como tu en la foto que me mandaste, jajajajaja...
-Jajaja.
-En serio Víctor, es una coincidencia que tu la tengas, pero me gusta.
-Ooops, ¡vaya!. Pues me acabo de rapar el pelo al cero y la barba ídem -por cambiar de estilo-, así que espero que no te importe... Digo que no te importe la frase de coña que acabo de soltar, chica.
-En absoluto. A mi me gustas tu, la forma de ser que transmites, no el físico. Pero como ya te he visto como eres, te puedo decir que me encantas.
-Ya lo se, Angela. Mismo que tu físico me guste un montón -reconozco que me resulta muy atractivo-, lo que más me gusta de ti es tu forma de expresar, sentir y compartir.
-Y eso si, no te fijes en los años, por dios, fíjate en como soy, Víctor.
-Eso si quiero que lo tengas muy en cuenta, mujercita. Que yo para nada miro la edad. Para nada, recuérdalo. Yo cuando estoy compartiendo con alguien, no pienso en edades, disfruto o vivo con esa persona la experiencia que este viviendo.
-Chico, te quiero un montonazo.
-Eres una mujer estupenda, Angela. E interesantísima en muchos sentidos...

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