martes, 22 de noviembre de 2011

34. (14 enero 2010)

-Vale. Cuando te acuestes y te tapes, Angela, te abrazas intensamente unos momentos pensando en mi, ¿ok?.
-Ok. Te Amo, Víctor.
-Yo te amo cada día, Angela.

Todavía continuaba -e iba a seguir por un tiempo- nuestra relación por internet a través de esta red social que ya era como nuestra mesa camilla, donde aprovechábamos tanto para compartir una comida, como para cogernos las manos por debajo y besarnos apasionadamente.

Yo sentía que una parte de mi, se convertía en energía para irse al lado de Angela en todo momento. Sentía como mi corazón, ya no estaba solo, pues notaba como la presencia de ella y su corazón también estaban dentro de mi y a mi alrededor.

Buscaba sus palabras, sus gestos entre las frases que iban apareciendo en la pantalla de mi ordenador. Descifraba cada letra, cada número, lo absorbía bebiendo el néctar de cada párrafo escrito por ella, sabedor de que la fuerza de sus palabras, la belleza de su corazón y su cuerpo, y su inagotable capacidad para despertar sensaciones y emociones hacían de nuestra escritura poesía, de nuestras conversaciones melodías, y de nuestros encuentros en internet magia digital. Todo ello aderezado con el perfume de dos personas que estábamos descubriendo algo más grande que nosotros mismos, y que deseábamos a toda costa experimentarlo más y más.

-Esta tarde no saldré, niño, pero lo haré a la noche, como hacemos los jueves, ya sabes, salida de chicas solas.
-Estupendo, Angela.
-El primer baile lo haré para ti, será como si estuviésemos bailando los dos juntos.
-¡Yo me apunto al baile! Y más si es contigo...
-¿Qué tal estás hoy, chico?.
-Muy bien, amor.
-Aquí hace mucho aire, Víctor.
-Yo iba a salir a correr luego, pero hace tal viento, que si voy por la orilla del río, igual me estampo contra un limonero o directamente me tira el aire al agua, jajaja, no me fío nada de salir si no es por obligación.
-Entonces no salgas. Mira que si te lleva el viento, que hago yo después sin ti, chico.
-Mujer... si salgo y me la pego por culpa de este fuerte viento contra un árbol, y me dicen que tengo que guardar un par de días de reposo... ya sabes quien puede hacer de enfermera.
-Yoooooooooooooooo... ¡yo misma!
-Mmm, has tardado dos segundos en responder, así que se siente. Elijo a Angela como cuidadora.
-Soy buena enfermera, eh. Que por lo menos mimos no te faltarían.
-Aunque si quieres te puedes venir conmigo. Claro que para mi tu vales mucho, y no es plan que te pase algo con esta tarde de perros por salir.
-Claro que me voy contigo, Víctor, a donde sea, pero contigo. Que yo soy muy lanzada... en el buen sentido, digo.
-Tu con lo guapa y estupenda que eres, a bailar con tus amigas y salir a pasártelo muy bien. ¡Que se note lo preciosa y maja que eres!.
-Es que me dicen, que bailo de maravilla, y tengo una sonrisa y una carita que atonto de bonitas. Sin presunción ni vanidad, pero es lo que me dicen las amistades.
-Haces bien en valorarte y hablar tan bien de ti misma, Angela. Eso significa que te aprecias, te quieres y sabes ver lo bueno que tienes, tus cualidades, tu belleza, y tu gracia.
-¡Claro que si!. Ten en cuenta que yo cada mañana, me levanto y me digo, lo mucho que valgo, lo feliz que soy, y que soy la mejor, y sinceramente, lo bien que me siento después.
-Que grande eres, Angela.
-¿Sabes una cosa?.
-Dime, mujer.
-Ahora mismo, me encantaría poder estar tomándome un cafetito contigo, mirarte a los ojos, y decirte, coño niño, CUÁNTO TE QUIERO...
-Que te crees, ¿que a mi no me pasa lo mismo?. Estamos igual.
-Oye, pues sabes que te digo, que el día que tu lo desees, nos conocemos, tomamos ese café o lo que sea, y hablamos y charlamos, si no vienes tu, voy yo.
-Desde luego, Angela. Que la de vueltas que he dado por España y Portugal, incluidas sus islas, tantos miles de kilómetros, para al final encontrar a una mujer maravillosa y tan amorosa a poco más de sesenta kilómetros de donde vivo, jajajajaja...
-Para que veas, chico...
-Vale, pues vamos pensando en cuando podamos, quedar.
-¿Es que sabes lo que me pasa, Víctor?.
-No lo se, dime.
-Que quiero ver tu carita, mirarte a los ojos, sentir esa energía que me transmites a través de esto... bueno, de esto que llaman 'caja tonta'.
-Es que es un deseo mutuo que nos ha surgido. Porque cuando nos escribimos también, pero me refiero a cuando hemos hablado por el móvil, hemos sentido muchísima energía en nuestras voces, una manera de expresarnos apasionada e intensa, y creo que eso nos ha hecho que nos pique mucho la curiosidad de querer vernos y conocernos.
-En eso tienes razón. Sinceramente Víctor, el día que hablamos, cuando colgamos, no te puedes hacer una idea de la sensación tan estupenda que sentí.
-Es lo que quería que sintieras, te soy sincero. Que sintieses alegría, y la sensación de que hablar tu y yo es aprovechar el tiempo.
-Genial eso que dices.
-La semana pasada han abierto un restaurante japonés, junto a la academia, Angela, que cuando vengas tenemos que ir. Tienen unos menús de degustación de platos de Japón, Tailandia, Birmania... que te chupas los dedos de ricos.
-¡Chico, eso me encantará seguro!. Dios, que bueno todo cuanto me transmites. ¿Puedo llamarte ahora mismo?. Aunque hablemos solo cinco minutos, lo que sea...
-Ok Víctor. Uf, como te quiero, como te amo, chiquillo...
-Como te amo yo a ti, Angela hermosa...

En la vida lo que importa es lo que haces, cómo lo haces, lo que piensas y como lo expresas, y lo que amas y sientes. Angela me ha enseñado -y sigue haciéndolo cada día- que lo más importante en una pareja es, sin dejar de ser tu mismo, entregarte al amor sin condiciones, de manera total. Me ha enseñado que cuando dos personas se aman al punto de ser algo más grande que el mismo mundo, se produce tal explosión de vida que lo único que se pide a esa misma Vida es eso, seguir vivo para poder disfrutar cada instante de cada segundo de cada día de la persona a la que amas.

Y yo os puedo asegurar, que cada instante de cada segundo de cada día de mi vida, que es nuestra vida, doy gracias y pido seguir vivo para poder amar y hacer feliz a la mujer más maravillosa que vive en mi corazón, a Angela, que en todo cuanto ella me hace sentir está presente la Vida.

No hay comentarios: