martes, 15 de noviembre de 2011

30. (8 enero 2010)

-Mira, es fácil. Durante los siete a nueve días que puedes hacerlo, tienes que poner en una botella de agua -de litro y medio o dos litros- nueve o diez cucharadas de sirope de savia, el zumo de un limón, una pizca de cayena en polvo, y una pizca de canela. Se rellena de agua, se agita, y ya está listo.
-Ya, Víctor, pero... ¿eso solo no te acaba debilitando?.
-Que va. Lleva los minerales y nutrientes necesarios para que sin comer puedas hacer vida normal -sin pasarse de esos ocho, como mucho diez días, más no-. De hecho, yo hacía una semana incluso yendo a trabajar -conduciendo y todo-. Claro está, si trabajas de albañil hazlo cuando estés de vacaciones, me refiero a trabajos de no mucho esfuerzo.
-Entiendo. Pues lo probaré. Es interesante depurar el cuerpo por dentro, desintoxicarlo de tanto químico y procesado como nos metemos sin saberlo, y renovarlo y dejarlo como una maquinaria casi nueva.
-Es lo mejor de esta limpieza, Angela. Que los órganos tienen tiempo para limpiarse al no tener que hacer trabajo diario ni extra. Y se nota, te lo digo yo que una vez al año lo llevo haciendo tres años seguidos.

Siempre viene bien darse cuenta de que el cuerpo, al igual que la mente, necesita periodos de descanso, de repararse o simplemente de hacer un buen mantenimiento. Y hay que reconocer que casi todo el mundo, a nivel de procesos físicos -digestión, el riñón trabajando, el hígado, la sangre...-, hace que su cuerpo trabaje sin descanso alguno las veinticuatro horas del día prácticamente. Y parar todas esas tareas una semana para que el propio cuerpo pueda dedicar el tiempo a limpiarse y quitarse porquería, es casi que una necesidad.

-Vaya pareja de dos que estamos hechos, ¿verdad?.
-Pues si, chica. Somos una pareja de dos única, jajaja... porque es como si fuésemos una sola, de lo bien que conectamos.
-Desde luego, Víctor, cada día me encantas más. Yo creo que a través de esta caja tonta me estás embrugando. Jajaja, ¿ves? ya hasta escribo mal de la emoción.
-No te embrujo. Simplemente eres tu misma, y eso me gusta. Me gusta muchísimo, Angela.
-Te Amooooooooooooooooo, Víctor.
-¡Yo también TE AMO, Angela!.

En la vida hay momentos en que no es preciso aprender nada. Porque no se puede, ya que lo que aparece como aprendizaje ya estaba ahí antes, solo era cuestión de descubrirlo, de destapar el frasco de las esencias y dejar que salga. En este mundo donde casi todo esta regulado, con normas, tradiciones, modos y maneras de hacer. En este sinfín de obligaciones, deberías, tendrías y habrías que, Angela y yo éramos dos transgresores sanos, dos locos muy cuerdos, que hacíamos y deshacíamos todo con tal de vivir la experiencia que deseábamos y estábamos teniendo.

Porque no se puede vivir sin sueños, ni se puede ir en contra de tu corazón, si lo que realmente quieres es sentir que todo en tu vida va cobrando sentido. Un simple viento frío de mañana camino al trabajo, puede ser el preludio de un día mágico. El beso que le das a tu pareja, sintiendo ella que ese beso se va a multiplicar para que dure todo el tiempo que por el motivo que sea vas a estar alejado de sus labios hasta el próximo beso, que puede ser al segundo siguiente o varias horas después -quien sabe-. Las manos cuando se entrelazan en un abrazo infinito, que dura para siempre...

Angela y yo, ya por aquellos días, juntábamos por que sentíamos que algo nos llevaba a ello, nuestras manos poniéndolas junto a la pantalla del ordenador. Hoy en día, que ya estamos viviendo la maravillosa experiencia del Amor Verdadero dentro de la pareja, siempre que estamos juntos, nuestras manos cobran vida propia, y hacen por juntarse y abrazarse como siempre han hecho, besándose en cada caricia que se dan, en cada cosquilleo que uno provoca en el otro, en cada corazón dibujado en la palma.

-Un beso, preciosa mujer. Como no se si estás, te dejo ese intenso beso. Y si estás ya dormida, pues te desabrocho la blusa para ver mejor, mmm... (ahora resulta que si que estás conectada y despierta, y capón que me llevo al canto por travieso, jajaja).
-Jajaja, te libras del capón porque no has llegado a desabrochar nada, que si no, tu mano no se libra de ir a su sitio.
-Hoy no ha parado de llover en todo el día, Angela.
-Uf, pues aquí no veas chico. Entre el viento tan fuerte y la lluvia, daba miedo salir a la calle. Por cierto, ¿Te ha llegado ya el video? ¿Lo has visto?.
-¡Si! ¡Ya lo he visto!.
-¿Y qué tal?. Estupendo, bien, decepcionante...
-Que va, chica, se entiende que es para que te viera, y los nervios de la primera vez, y así, tu grabándote a ti misma. Te imaginaba con la voz más aguda -antes de la llamada del móvil-, ya sabes que la cabeza asocia una imagen a una voz. Me gusta mucho tu voz, es muy sonora y tiene melodía, para mí es música. Por supuesto, ni tu ni yo tenemos veinte años, pero estamos estupendamente para nuestra edad, de eso estoy seguro.
-Yo ya tengo muchos años y tu aún eres muy joven, Víctor.
-¿Muchos años? Si estás en la flor de la vida, mujer. Que hoy día ya se vive de media sobre los ochenta años y más. ¡Gracias por lo de joven!.
-Dios que chico más guay...
-Pues este chico guay tiene unas ganas de comerte a besos, que no veas. Anda, que ya nos vale...
-Si, jajaja, vaya dos, no podemos -ni queremos- estarnos quietos, Víctor. Y esta chica preciosa también tiene ganas de besarte y achucharte sin parar.
-Estoy deseando sentir tus besos y tus caricias, la verdad.
-Yo también. Seguro que serán especiales, Víctor. ¿Sabes?. Hoy he pensado mucho en ti.
-¿Si? ¿Y qué te venía de mi a tu pensamiento, Angela?.
-Me veía en esta casa tan grande y tan vacía, y tu que venías a visitarme. Te abría la puerta, nos mirábamos, y nos abrazábamos. Y nos besábamos. Con unos besos de Amor... Te juro que lo he pensado, y lo he sentido tan real. Y en ese momento en que estaba pensando e imaginándome eso, vas y me envías un correo precioso. En ese momento me dije: él sabe en estos momentos que está en mi cabecita.
-¡Vaya!. Que intenso, chica, la verdad... Como me gusta compartir este nivel de conexión contigo, Angela.
-Que bueno.
-Bueno e intenso, chica. Como siento que te Amo -porque te amo- y como no quiero perderte nunca.
-Yo creo que los dos estamos sintiendo lo mismo, Víctor.
-Es cierto, chica. Yo por dentro siento que deseo amarte muchísimo, me llega ese sentimiento mismo que ahora mismo estemos conectando por aquí, por esta página social. Espero que así sea. Creo que si, que va a ser así, y vamos a amarnos muchísimo.
-¡Eso no vale!. Me has robado los pensamientos, o las palabras. Escribes tan rápido que al final lo que te iba a poner, Víctor, lo acabas poniendo tu antes. Casi se cruzan nuestras frases si yo llego a subir la mía, y verías como son muy parecidas en lo que expresan.
-Chica, es que la verdad es que despiertas en mi el amor. Compartir mucho amor contigo. Se que Te Amo, Angela. Y es algo genial, teniendo en cuenta que aún es solo por el ordenador, y el tiempo dirá a que nos lleva todo esto. Pero desde luego que te digo que nunca una red social fue testigo de como dos personas conectan al punto de desear seguir toda la vida conectada como lo está siendo Badoo con nosotros dos. Aunque conectemos en un espacio reservado para nosotros solos. Dan ganas de darlo a conocer al mundo, chica.
-Si, es cierto niño, vaya historia de amor. Como Te Amo, chico, como te amo... Hay momentos que despiertan vibraciones y sensaciones en mi que no había conocido nunca.
-Por eso lo estoy aprovechando al máximo, chica. Porque si la Vida me ha dado la posibilidad de vivir esto, no voy a dejar que pase sin probarlo, saborearlo, sentirlo, y ver que sale de todo esto.
-Ay, que ganas tengo de tenerte junto a mi para abrazarte. Por favor, abre los brazos y abrázame, que pueda sentirlo aunque sea en la distancia.
-¡Hecho, Angela!. Claro que si. Siente mi abrazo...
-Gracias por hacerme soñar unos momentos, y hacer ese sueño realidad para mi.
-Pues ya lo comprobarás en directo cuando nos veamos. Te voy a abrazar con amor, y te puedo asegurar que es todavía muchísimo mejor y más intenso.
-Desde luego que solo de pensarlo me ha erizado la piel, Víctor.
-Ya ves. Esto lo contamos, y el noventa y nueve por ciento piensan o que se nos ha ido la cabeza, o que estamos locos. Sin darse cuenta de que si dos personas sienten, sus corazones conectan, y se aman, que más da que sea escribiendo y a través de una pantalla. Se produce el milagro. Nos sentimos juntos, y eso si que es real.
-Seguro que muchos pensarían que es un enganche. Y tu y yo sabemos que no, que es algo emocional, y profundo, y bello, y va mucho más allá de internet y un par de ordenadores.
-Por supuesto que si, Angela. Va mucho más allá.

Siempre hay que ir más allá. Siempre. No os podéis hacer una idea de lo maravilloso que es aplicar la locura sana del corazón, y lanzarse a hacer todo eso que uno quiere y desea compartir con otra persona. Decirle las palabras que siempre uno quiso decir, transmitir las sensaciones y sentimientos que uno lleva tanto tiempo esperando poder decir a esa persona que ahora sí que está seguro que es a ella a quien quiere decírselo. Desear compartir amor y hacerlo, de manera sencilla, directa, llegando al corazón y al ser, y saber que uno ha encontrado a la persona con quien realmente quiere compartir ese amor.

Y lo mejor de todo, mejor que todo el amor que uno quiere y desea compartir con otra persona, aún siendo eso maravilloso y muy grande, es saberse correspondido. Eso si que no tiene medida ni palabras para expresar tan alto sentimiento.

Sin palabras...

No hay comentarios: