miércoles, 26 de octubre de 2011

18

-Vaya. Este corazón mío es una caja de sorpresas. Me ha metido en la mente una canción, y nada, que te ponga el enlace, que te lo ponga... Canta una japonesa. Me llamarás pesado o insistente, pero cuando te viene algo así, pues has de compartirlo. Y mi corazón me hace sentir que quiero compartirlo contigo. Tenía que ser esta música y no otra. Venga, ya nos vemos. Ahora si me voy a dormir, con el espíritu y el ser contentos...

Me venían las señales una detrás de otra. Sin dudar un momento, mi corazón seguía expresando todo con la claridad que la luz que me inundaba le llegaba también a Angela.

La luz, cuando encuentra un cuerpo, refleja solo un color, y el material que sea absorbe el resto de la gama de colores, por eso cuando vemos una prenda azul, por ejemplo, es porque al chocar la luz contra la tela refleja el color que vemos. Yo al mirar a Angela, veía reflejados todos los colores, los que existían ya y los nuevos que nuestra conexión iba creando. Nunca me cansaría de llenar la vida de Angela de luz. Esta mujer se lo merecía, y yo quería dárselo con todas mis fuerzas.

-¡Hola, buenas tardes! Como cada día, y desde hace ya dos o tres, cuando me levanto y miro al ordenador, tu nombre, y tu carita, es lo primero que se me viene, a mi cabeza. No se cual es el motivo por el que me sucede esto, quisiera descubrirlo, más de momento solo se que es algo que me gusta, que me causa maravillosas sensaciones y emociones. Para un día expresarlas...

Chico es lo que siento, pensarás si esta mujer está loca, sin conocernos. Yo te digo, que es mi lokura... y te escribo lokura con 'k', porque así suena mejor, suena bonita, suena sana.

Todo lo que me escribes, me llega muy dentro de mi, Víctor. Me hace ser una personita, inmensamente feliz y llena de alegría. Desde hace unos meses había perdido un cincuenta por ciento de lo que yo era, de cómo yo era antes. Y recuperarlo gracias a ti, me gusta un montonazo.

-Venga, te dejo porque me he leído unas cien veces lo que me escribes. Quizá más. Y ahora mismo no veo las teclas para seguir escribiéndote. En este momento tengo, como te he dicho ya alguna vez, 'orgasmos del alma'. Si, como lo lees, orgasmos del alma. Y eso es muy enriquecedor...

Y a veces el estallido que recorría mi cuerpo al leer sus frases, hacía que fuese posible el conectar más y más con ella, ya fuese al mismo tiempo o en horarios distintos, como si estuviésemos escribiéndonos cartas.

Ya era tal el cúmulo de sensaciones que se daban entre ella y yo, que escribirla era una auténtica pasión para mi. Apasionarme con ella y desear mejorar su vida. Algo que me hacía sentir bien, y me transmitía una auténtica y verdadera paz, un equilibrio lleno de vida y energía, en todos los sentidos.

-Tu cuerpo se vuelve ligero, Angela. A cada inspiración y expiración pesa menos, pues necesita de menos tensión para estar erguido o tumbado. Sientes como mis palabras van relajando cada parte de tu cuerpo... Vuelves a inspirar, y al soltar relajas tus brazos, hasta las manos... Siente tu cuerpo estupendamente bien, mujer...

-Angela, ahora siente una energía muy especial, muy viva. Muy llena de felicidad y de cariño, de alegría y de ternura, que comienza a recorrer todo tu cuerpo. Siente como te va entrando por la cabeza una inmensa felicidad que hace que toda tu piel sienta un agradable cosquilleo, y esa sensación baja por tu rostro, tu cuello, tu espalda, tus pechos... Relajas todo tu cuerpo y lo sientes así unos momentos... TE QUIERO, ANGELA...

Y volvíamos a conectar, pero a horarios distintos de vez en cuando.


-Ey, hola niño, buenos días. Ayer me desconecté antes que tu conectaras. Me hubiera encantado darte las buenas noches y que tuvieras dulces sueños, lo mismo que los he tenido yo. Hace quince minutos que me he levantado, hace un día malo, pero yo como siempre me he mirado en el espejo, me he dicho cuanto valgo y lo estupenda que estoy. He sonreído y he comenzado el día cargadita de energía. Y dando gracias al de arribita por estar sana y con tantas ganas de comenzar un nuevo día. Hoy difícil que conectemos, tengo cena de Navidad con unos alumnos míos, que les he dado un cursillo, y me voy a la peluquería, y luego hacer cosas, y de noche ya de cena y luego algo de juerga. Pero el primer baile, prometo que solo pensaré en ti, y bailaremos juntos. Para que te llegue toda mi energía, ¿ok?. Venga, te mando billones de besos, y recuerda siempre que Angela Te Quiere un montón...

Hermosas palabras que se cumplirán muchísimos años. Recuerda siempre que Angela te quiere un montón...

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