jueves, 22 de diciembre de 2011

41. (25 enero 2010)

Soñar, cuando pones toda tu imaginación en dibujar y plasmar en imágenes en tu mente recuerdos, momentos vividos y expresados, besos de mil maneras diferentes, detalles escritos bien en papel bien en el ordenador, deseos y sentimientos puestos ante el altar de la corriente de la Vida, y casarte con el destino que no es otro que el que uno mismo desea escribir. Soñar...

Solo se vive una vez. No hay que intentar, hay que vivir. Comprender que hoy somos y estamos, y quizá mañana no estaremos. Entender que no venimos al mundo para pasar por él, sino para vivirlo. Que no se tiene una pareja solo para continuar en nuestros hijos o por no estar solos, que además de eso, se tiene una pareja para poder descubrir el Amor Verdadero, algo más grande que uno mismo, que hace entregues cuerpo y alma a darlo todo por la relación de pareja.

Y soñar. Soñar, y volar...

-Angela, ¿Tu has sido consciente alguna vez dentro de tu sueño de que estabas soñando?
-No, que yo sepa. Si que he soñado muchas veces con lo que quería, eso si.
-Te lo digo porque con mucho entrenamiento, si que se puede conseguir el darse uno cuenta dentro de un sueño que estás soñando, e incluso cambiar cosas a tu antojo o hacer cosas que se te ocurran.
-Ufff...
-Ya te digo, Angela. Por lo de conseguir nuestros sueños. Ha habido investigadores serios, que se han ido al Himalaya, y en los monasterios, hay monjes que se entrenan en ello. Y por ejemplo, deciden que usan sueños para hacer que profesores y maestros les den clases de lo que necesitan o desean -idiomas, música...-.
-Niño, eso es alucinante.
-Ya te digo, chica. Ya te digo...
-Yo una noche me acosté deseando soñar contigo, y soñé. Nada especial, pero apareciste tu en mi sueño.
-Ya. ¿Y crees que si quieres puedes repetirlo más o menos a voluntad?. El soñar con lo que deseas, digo, casi siempre que quieras.
-No, eso ya ni mucho menos a ese nivel, Víctor. Esa noche si. Fue precioso, pero no consigo recordar de que iba el sueño en el que salías tu.

Comenzamos la conversación hablando de los sueños, y de las infinitas posibilidades que se dan en ellos -o se pueden dar-. Cualquier tema nos daba pie para ir a otro, y así ir enlazando historias y experiencias personales, poniendo entre medias, delante y detrás nuestro amor y sentimientos, que eso siempre nos salía fácilmente del corazón.

-¿Sabes? He entrado al Badoo para ver que personas estaban conectadas, y al ver que estabas tu, me ha dado mucha alegría.
-Vaya, me alegro que haya sido así contigo, chica.
-Si. Estaba viendo la televisión, un rollo, y me sonó el móvil con un mensaje. Y me dije: subo a ver que es, y ya de paso miro a ver quién está conectado. Y apareciste tu, que maravilla.
-Tu como siempre bien dispuesta, Angela. Si es que te tengo que querer si o si, chica... Te envío muchísimo amor, amorosa mujer...
-¡Recibido!.
-Además que, ufff, dirás que no es para tanto. Pero besas de una manera tan estupenda -tenía que decirlo-. Lo reconozco, Angela, tu si que sabes besar a un chico como yo. Que pasión, que fuerza, que sensaciones...
-Que bueno, Víctor...
-Besos de lluvia recorriendo mi rostro, mojando mi pelo, gotas de agua golpeándome para demostrarme lo vivo que estoy, y dar gracias por poder sentir todo eso en mi cuerpo. Besos de lluvia para ti, amor, con todo mi cariño, Angela.
-Gracias, gracias, ¡gracias!.
-Chica, hace un día de perros hoy aquí. He tenido que salir, con paraguas, y lo he llevado cerrado porque el viento me lo iba a romper. Nada, mojarse un poco la cabeza, jajaja, mejor eso que no ir golpeando sin querer a otra gente.
-Aquí también hace un día malísimo, de viento y lluvia. Yo he estado toda la mañana en mi camita leyendo, eso no lo hacía así desde hace mucho tiempo, pero hoy apetecía.
–Hoy también me he alegrado, pues he recibido cuatro llamadas de amigos, que me han dicho, cada uno a su manera, que estaban 'plof', y que deseaban oír mi voz. Eso ha hecho que se me alegrase el día muchísimo. Y al final, todos contentos.
-Muy bien que has hecho, Angela, muy bien.

El amor es o no es. No hay 'amores imposibles', porque entonces es otra cosa, y no Amor.

Sientes la necesidad de expresarlo, de sentirlo, y de vivirlo. Preparas la comida con cariño pues deseas que la otra persona sienta tu esmero y pasión al prepararlo para ella. Haces las mismas cosas, pero con delicadeza, con alegría, con fuerza vital. Todo para mostrar al mundo cuánto amas a esa persona con quien deseas seguir viviendo momentos durante toda la vida.

En el amor, se construye. Se vive en común dentro de la pareja, y cuánto vive uno, el otro lo entiende. Cuánto le sucede al otro en su quehacer diario, uno lo hace propio. Un dar y recibir contínuo que llena las vidas y le pone autenticidad. Algo que rompe moldes porque lo que no tiene medida tampoco se puede contener.

Y el amor entre Angela y yo, como una presa a rebosar, sale con tanta fuerza que nos desborda, y riega la tierra de alrededor llenándola de Vida, de color, y de todo lo que puede existir.

Como muy bien expresó Quevedo en su poema:

"Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, más tendrá sentido;
Polvo serán, más polvo enamorado."

No hay comentarios: