miércoles, 14 de diciembre de 2011

39. (23 enero 2010)

-Toc, toc. ¿Se puede?.
-¡Hola mi niño!.
-Heeeeellowwwww... ¿Cómo estás, chica?.
-¡Bien!. ¿Y tu?.
-Pues genial, con lo de ayer. Aún estoy con las pilas puestas de lo de ayer. Tanta energía circulando entre tu y yo, tanto placer en todo, nuestras pieles sintiéndolas... Que me acosté a las seis y media, me levanté a a las diez menos veinticinco, y oye, como nuevo, sin cansancio ninguno ni sueño -efectos de un muy buen momento íntimo, mmm-.
-Me alegro de que sintieras eso, Víctor, porque yo no veas como te sentí, te lo juro que nunca imaginé, que sentiría tanto cariño por tu parte. Eres verdaderamente dulce. Y como sabes tratar a una mujer en esos momentos. Me encantó de veras. Me encantó.
-Si, eso creo yo. Me gusta tanto la combinación de sentir a una mujer muy excitada, llena de placer, y a la vez contenta y feliz, que por eso, al verte y sentirte así, crecía en mi la excitación, con lo cual fluía todo mejor entre los dos.
-Chico, no fue solo por el placer físico que me hiciste sentir, sino por todo lo que interiormente sentía al mismo tiempo.
-¿Si?. Pues genial si lo sentiste así, Angela. Desde luego, compartir así con una mujer, es todo un lujo, jajaja...
-Dios mío, ahora lo estoy recordando, y chiquillo, se me eriza la piel.

Para nada era precipitación lo que hubo entre nosotros. Los dos comprendimos al instante de vernos por primera vez -ya unos días atrás-, que en nuestros corazones, en nuestro interior, a nivel del ser, ya estábamos de alguna manera íntimamente conectados.

Existía tal nivel de entendimiento entre nuestras manos, a la vez que complicidad en las miradas y los gestos, que cualquier límite, barrera, obstáculo o impedimento hubiese sido en balde, pues desde aquel momento en que se produjo un abrazo entre los dos, la chispa del sexo fue inmediata. Habíamos juntado al fuego y la paja, y ya se sabe que esta mezcla provoca grandes llamas, y un fuego poderoso que se extiende a todo cuanto es y hay a su alrededor.

Después de provocar y avivar estas llamas, de poner toda la paja posible y producir un calor capaz de derretir cualquier cosa, aún seguía el calor. Esto nos confirmaba que el explosivo momento sexual entre los dos no había sido fruto de un simple encuentro, sino que los sentimientos y algo más profundo en el terreno del amor estaba tomando forma.

Hacer el amor entre los dos, sabiendo que cada uno deseaba la felicidad del otro en ese momento, por encima de la propia, era la guinda del pastel. Nos desbocamos como dos caballos salvajes corriendo por la llanura, dimos rienda suelta a la pasión y al momento íntimo sin ningún tipo de límites, abriéndonos a un placer que nos hizo disolvernos y casi perder la conciencia para entrar a formar parte del universo. Alcanzamos un nivel de excitación y deseo, que hoy día sigue creciendo, y nos asombramos de no saber hasta dónde podemos llegar en nuestra intimidad, algo que nos fascina y nos hace ser conscientes de cuán importante es el sexo en una pareja y, sobre todo, lo mágico y maravilloso que es ese mismo sexo unido al amor de los corazones.

Y de que fue así, daban testimonio nuestras palabras que como una mecha encendida corrían por la pantalla del ordenador y salían apretujadas en el ordenador de la otra persona, y viceversa.

-Ufff, ¿Pero tu eras consciente de lo que me hacías disfrutar?.
-Pues ya ves, Angela, que sentí más bien poco. De hecho estuve que casi me dormía, pero al final aguanté como un jabato. Jajaja, bien sabes que estoy de broma... Teníamos en esos momentos tantos puntos sensibles que todo era sensación, chica.
-Yo solo se, Víctor, que en esos momentos, sintiéndonos los dos, me dejé llevar por la magia del momento. Y te puedo jurar que en esos momentos era la mujer más feliz del planeta.
-Lo se, Angela. Hubo tanto espíritu, tanta energía positiva, pensamientos bellos y más, todo unido a una explosión de placer, todo al mismo tiempo saliendo de uno al otro...
-Menuda locura más buena, mmm...
-¿Pero bueno?. Jajajajaja, ¿no se suponía que tu ibas para monja y yo para legionario de Cristo?.
-Si señor, que bueno eso que acabas de escribir.
-Si me lee el Papa, chica, me condena directamente al infierno.
-Yo no recuerdo hasta la fecha haberlo vivido y experimentado igual, con eso te lo digo todo, Víctor. Así que creo que nos condenamos los dos.
-Pues seguro que si.
-Eso si, si me condena, y a ti conmigo y nos pone juntos, bendita condena, jajaja.
-No te preocupes. El de 'arribita' tiene cosas más serias en que pensar -por ejemplo ver si le da una patada en el culo a unos cuantos políticos, corruptos y demás, y los manda para abajo derechos- que fijarse en algo inocente como nuestro encuentro íntimo.
-Pues si nos condena, chico, que sea dejándonos juntos, con nuestro espacio y forma de ser, sino va a ser que no, que aquí también pongo yo alguna condición.
-Grrrr, ¡guau!. ¡Guau, guau!.
-Si, jajaja, ya me acuerdo de ese momento. Dios, la risa tonta esa que no puedes parar, y en esos momentos, fue buenísimo llegar a lo máximo y empezar a reirte a carcajadas.
-Fue un momento divertidísimo, y a la vez intenso.
-Es que cuanto más lo pienso, Víctor. Todo desde que nos hemos conocido... esas sensaciones... era como conocernos ya desde hace años.
-Si. Ha habido buena conexión, sensaciones... vamos, dos personas que se conocen de toda la vida.
-Esto no es lo normal, pero nos ha tocado vivirlo a nosotros, y no sabes como me alegro muchacho de que haya sido así.
-Pues si, Angela, al menos esa experiencia que nos llevamos. Ya tenemos algo para recordar siempre. Y una buena química entre los dos, que eso siempre es positivo.
-Es que si yo te conozco a ti de hace tiempo, y me cuentas una historia así, igual hasta pienso que vaya un fantasma de chico, jajaja.
-Es difícil de contar y que no piensen o que estás fardando de más, o que estás inventándote una historia mucho mayor de lo que realmente es. Son experiencias tan íntimas y personales, que tus amigos del alma si se lo creen si uno lo cuenta pues te conocen a fondo y conocer realmente tu forma de ser. Porque es algo tan sumamente especial entre dos personas que se acaban de conocer, algo tan grande y tan hermoso, que realmente cuesta creer que haya salido así -aunque se comprenda y entienda que sí que ha ocurrido-.
-Y tampoco lo cuentas, Víctor. Porque es algo que no deseas pierda la magia. Cuentas 'que' ocurrió, pero no 'lo que' ocurrió. Solo el hecho de que pasó algo.
-Es que es eso. No lo cuentas con pelos y señales, con fotografías y capturas de pantalla, mensajes y demás. Pero si das una ideal general de lo que fue, para que se comprenda como fue el momento en cuestión.
-Claro. Imagina que ha estado antes de conectarnos una amiga, y me ha mirado a la cara y me ha dicho: no te pregunto nada, porque tu cara lo dice todo. Fue una noche fantástica.
-Eso si que está bien, Angela.
-Y le he contestado: amiga, fue deliciosamente fantástica, pero no la noche sola, sino con la compañía que he estado, ha sido especial, de un dulce inigualable...
-Mmm, tengo en el frigo, Angela, un poquito de helado de tarta de queso. Creo que voy a comer un poco, sin pasarme...
-Ey, yo también quiero...
-Bueno, te doy un poco, ya podías estar cerca y así dártelo realmente, no con la imaginación.
-Va, puedes decir: este para mi, este para Angela, este para mi...
-¡Eso me gusta!. Así no me cojo yo todas las calorías, jajaja... Si fuese tan fácil, Angela.
-Ya ves, sería curioso que pasase eso.
-Bueno cielo. Que a pesar de la energía que tengo y del subidón, solo he dormido tres horitas y algo, mis ojillos si que notan ya que necesitan descansar.
-Vale mi niño, pues pasa una buena noche y descansa.

Ya lo creo que iba a descansar. El sueño, de tan a gusto que se siente uno tanto por dentro como por fuera, llega de manera relajada, pero profunda, y después de compartir con Angela, era más que eso incluso. Era un sueño revitalizante que llenaba de energía. Era dormir en los brazos de la Vida, acariciado por las manos de esta preciosa mujer.

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