miércoles, 7 de diciembre de 2011

38. (18 enero 2010)

¡Encuentro al fin!.

Angela y yo nos habíamos visto. Habíamos podido comprobar y sentir lo que llevábamos tiempo viviendo a través del ordenador. Toda la catarata de emociones que los dos deseábamos compartir se hizo posible y más real que nunca. Fueron unas horas, que aún pasando deprisa, se nos hicieron eternas, de lo mágicas que nos sucedieron, como no, dándonos el uno otro y entregándonos con pasión al momento.

-Hola Víctor, buenos días. ¡Has entrado en mi perfil y no has saludado!. Mmm, hice lo que hice y no me arrepiento, es lo que deseaba y así lo expresé. Fueron unas horas especiales, para mi preciosas... Te Quiero. Besos...
-Desde luego, amor... ¡Cómo puedes decir eso!. Encendí el ordenador y entré, si, pero saliendo por la puerta ya y ni escribí ni hice nada. Yo he pasado una de las mejores noches en muchísimo tiempo, maravillosa, y gracias a ti, Angela. Ya quisieran muchos poder disfrutar de una compañía como la tuya, en ese plan tan sano, y a la vez llegando a algo tan intenso. Eres una delicia de mujer, así que... ¡hoy mejor que ayer!. Besos... Te Amo, preciosa Angela...
-¿Cómo estás, corazón?.
-Estupendamente bien, chica. ¿Y tu?.
-Yo muy bien, Víctor. Me ha encantado conocerte, eres igual que me imaginaba.
-Gracias. Mmm, espero que disfrutases del ratito compartido, Angela. Eso es lo que quise compartir contigo, y que a la vez sintieses cuánto deseaba conocerte y disfrutar de un momento así.
-El tiempo que estuve contigo, fue maravilloso, estaba llenita de felicidad. Tu me la transmitías.
-¡Que bien!. Mira, me has dicho eso, y entre las nubes grises, ha salido un rayo de sol. Vaya mano que tienes, amiga -acariciando, se entiende-, jajaja. Me siento muy orgulloso de poder decir que comparto así contigo, en serio.
-Yo también me siento orgullosísima, Víctor.
-Además que ufff, Angela, tu dirás que no es para tanto... pero besas de una manera tan estupenda... Lo reconozco, mujer, ¡tu si que sabes besar a un chico como yo!. Que pasión, que fuerza, que sensaciones, que chulo y bonito...
-Jajaja, anda, tu si besas bien. Tus besos me decían todo de ti. Me encantó saber a que sabes.
-Besas, y a la vez te diviertes y juegas besando, y te apasionas en cada beso, y lo conviertes en algo mágico, en algo chulísimo, en algo genial... Es una pasada de sensación, vamos. Aún estoy saboreando tus labios y tu lengua, Angela, pues me has dejado una sensación tan agradable...
-Y tu sabes a gloria, sabes a limpio, a transparencia. Niño, que me gusta como sabes.
-¿Sabes una cosa?.
-Dime, Angela.
-Me hubiera encantado estar contigo los dos solos, tranquilos, sentir tu piel, sentirte cerca, estremecerme entre tus brazos.
-Eso lo haremos seguro, chiquiya. Ya nos acariciaremos y nos daremos un masaje relajante con nuestra piel, rozándonos y abrazando nuestros cuerpos.
-Tu piel la he sentido, pero me refiero a nuestros cuerpos, Víctor.
-Y como no, tenemos aún pendiente abrazarnos un buen rato sin soltarnos, para sentir la respiración del otro, y transmitirnos todo cuanto nos salga de dentro hacia el otro. Todo llegará.
-Ya lo se.
-Me pareció algo precioso, porque pude sentir todo cuanto tu Ser expresaba en esos momentos, y eso hay que sentirlo como tu y yo hicimos anoche.
-Víctor, eres súper especial, y dulce.
-Tu si que sabes sacar lo mejor de una persona cuando está contigo, Angela. Nos dijimos tantas cosas positivas del uno hacia el otro, que tengo energía de sobra, jajaja.
-Joer, COMO TE QUIERO.
-¿Ves?. La Vida, cuando uno es consciente y hace lo que hay que hacer, repito, la Vida entonces, nos trae momentos como los que compartimos ayer. Eres una mujer tan, tan amorosa, que a tu lado lo único que me daban ganas era vivir el momento, y que fueses feliz.
-¿Entonces te gustó?.
-¿Gustarme, Angela?. Fue muchísimo mejor de lo que me había imaginado, corazón.
-Ahora tengo tu mano colgada -la de papel- enfrente de mi, la miro, y sonrío. Me encantan tus manos. Bueno... rectifico, me gustas todo.
-Tu también me gustas, de tan expresiva que eres, eres pura energía. A ver si reduzco las fotos y te las paso.
-Las mías están muy bien, pero están muy cerca, se ve la alegría que teníamos, no veas chiquillo la boca que me sale a mi.
-Chica, en las que estás mordisqueándome el labio y con mirada traviesa, esas son las mejores.
-Si...
-En serio te digo, Angela, que no habría podido tener un encuentro mejor ayer que el que tuve contigo. ¡Madre mía!. Ya te digo yo que mereció mucho la pena. Ya te digo.
-Te quiero, chico. Te Amo.
-Te Amo, Angela. Sigue siempre así, con esa forma de ser tan estupenda que tienes...

En ese momento, como para hacer que el momento durase todo el día, la página se nos volvió loca a los dos, y, aunque nos escribíamos, o bien no llegaba nada de uno al otro, o llegaban varias frases todas de golpe, sin orden ni concierto alguno. Por lo cual, nos despedimos por ese día, saboreando el dulce néctar de la noche anterior. Recordando los intensos besos, las caricias, y las palabras que nuestros corazones se habían dicho, una vez más, pero ahora convertidas en sonido a través de nuestras voces.

En esa noche tan especial, entendí a la perfección lo que significa luchar por algo que quieres. Comprendí, que cuando deseas algo especial, siempre hay que intentar actuar por encima de uno mismo, nunca por debajo. Así pones toda tu energía en atraer eso que deseas.

Y que, por más que uno crea precipitarse, al final caes en manos de la Vida. Y la Vida, que busca la felicidad de las personas, te hace encontrar, como en mi caso fue con Angela, a esa persona que llena los días y las noches con su presencia, su amor, y su compañía.

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