sábado, 14 de enero de 2012

43 (3 febrero 2010).

-Hola mi niño, buenos días, bueno se que no estás conectado, pero solo es para decirte, que TE QUIEROOOOOO, MUCHISIMOOOOOOOOOOOOO.... y que me he levantado, pensando en ti..recordando esos momentos tan mágicos , tan especiales, tan inolvidables,tan llenos de energía,que al recordarlos, me arrancan una grandisima carcajada, y por eso he de decirte, que soy feliz, y q el culpable de mi felicidad, sin contar a mi gente....ERES TU,MI AMIGO VÍCTOR,,. si leelo, bien...TU...

Alguna semana, aún sintiendo tantas emociones el uno hacia el otro, nuestro quehacer diario, nuestras "cositas", como nos gustaba decir, tocaban a nuestra puerta, y nos escribíamos sin coincidir algunos días.

Como la vibración que existía entre Angela y yo era tan fuerte y tan profunda, el día que no conectábamos, deseábamos más aún conectar, y ese día nos sentíamos uno al otro en el ambiente, como si estuviésemos pegados a la pantalla del ordenador y juntos los dos.

Angela destilaba alegría en todo, al igual que yo. Una alegría fruto del encuentro de dos personas que se abren al amor sin reservas, sin condiciones, dejando que todo fluya y dejándose envolver por el hacer y sentir de la otra persona. Yo sintiendo, al igual que ahora, mi cuerpo lleno de una explosión de energía positiva que me llenaba a todos los niveles, tanto mentalmente, como emocional y físicamente. Era todo un cúmulo de cosas que me llevaban a querer y desear más y más de ella, y que ella recibiese más y más de mi.

Y así estaba sucediendo.

-Ahora mismo entro, chica. He leído tu mensaje, y me ha gustado, no digo más, mmmm. He quedado con un compi del trabajo, y luego he de ir a la academia. Como estamos conectados, pues "siento" y "sientes" las vibraciones, Angela. ¡Besos cielo!. Besos como las gotas de agua al llegar a tu cuerpo desnudo, besos que van resbalando por tu piel y te acarician...

El amor, la fuerza vital de las emociones, y el cariño, continuaban en todo momento entre nosotros dos. Hoy estoy escribiendo estas frases, contando esta historia, y sigo sintiendo a una mujer que vale un mundo entero. Sigo viendo en Angela a la mujer que cautiva mi corazón, que llena mi alma, y que pone vida en mi vida. Encuentro en ella a una mujer que aún tiene cosas por descubrir -incluso ella de si misma, algo estupendo-, tanto de la vida como del amor que entre nosotros sigue creciendo sin medida.

Bien es cierto que hace frío, y mis dedos escriben con la palma de la mano resguardada en las mangas de una chaqueta, asomando lo necesario para poder escribir. Mi corazón es una llama que siente que desea escribir, desea seguir escribiendo a Angela, mi niña preciosa, una mujer hermosa de cuerpo y corazón, con una mirada que brilla con la luz del sol, y unas manos que acarician con la suavidad de la ternura.

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