viernes, 8 de junio de 2012

52. (23 marzo 2010)

-Víctor, cariño, que te quiero un montón... Te amooooooooooo...


El porque la Vida nos hacía buscar siempre los sentimientos más intensos, las palabras más sublimes y el amor más dulce y precioso, ya no era un misterio para nosotros. Sentíamos que nos uníamos cada vez más, y que la emoción de estar juntos y compartir los dos las experiencias nos hacía estar cada vez más cerca, y más dentro uno del otro.


-Ayyyy, niño, me emocionas con lo que escribes. Y como tu has dicho antes, las lagrimitas, como salen.
-A este paso nos van a llamar para llenar los pantanos de Murcia, Alicante y Almería, de tantas lágrimas de emoción y alegría que nos van a acabar saliendo.
-Jajajajaja. Me vas a volver tonta del todo, paso del llanto a la carcajada que no veas. Lloro de emoción y alegría, y rio de felicidad.
-Eso es que la Vida está dentro de ti y no puedes pararla.


En este mundo de hoy día, de prisas y angustias. Donde las relaciones cada vez son más impersonales y frías. En sociedades y países que denigran y casi condenan a la burla y al desprecio a aquellas personas que se guían por nobles sentimientos, por un amor pasional y buscan lo bello y positivo en todo cuanto hacen y les sucede. Haciendo que las personas compitan, y vivan solo para trabajar y ganar el suficiente dinero para después de toda una vida no poder disfrutarlo como hubiesen querido. En el cual mentir y no ser como uno es ante las personas que nos importan es moneda común entre la gente.


En este mundo, todavía quedan personas que vibran con el amor. Que lo expresan con todo su corazón y su ser. Personas que valoran más lo que son y lo que sienten, y como lo viven y expresan, que lo que tienen, acumulan y aparentan ante los demás. Personas que sin renunciar a su calidad de vida disfrutan de la alegría de sentirse vivos, y dan gracias cada día por el amor de pareja que tienen el privilegio de compartir y vivir.


Y en esa categoría de personas, entramos Angela y yo.


-¿Tienes monedas de 12 euros?
-Que va, chica. Tengo unos billetes de 70 euros.
-Jajaja, de esos no quiero.
-Bueno, te puedo dar dos de 35, si lo prefieres así.
-En serio te lo digo, Víctor. De 12 euros y de 2000 pesetas, en moneda.
-Esas son de las que se compra uno para coleccionar y guardar.
-Claro. Se puede pagar con ellas, pero no merece la pena.
-Un hombre me dió un dólar, un inglés, fíjate que yo no estaba por las tardes, y ese día si. Era de colección. Y me dijo: yo no tengo hijos a quien dárselo, y te lo doy a ti, porque te lo mereces. Esto fue un viernes, y me enteré el lunes que había fallecido.
-Uf, que impresión, ¿no?
-Si.
-A veces las cosas suceden porque algo las empuja a suceder así, como si tuviesen una finalidad.
-El próximo día te voy a contar una cosa que me ocurrió el 24 de mayo.
-Claro que si, estoy deseando oirla...
-Además tiene que ver con el número 11, y tu fecha de nacimiento.




Que deciros que no sepáis ya, a estas alturas de nuestra historia. Pues podría decir contar mucho más, aunque el espacio de este relato entonces se volvería interminable. Y eso es algo maravilloso. El solo pensar que cada día que pasa tenemos más para contar, más para expresar, y más amor que compartir.


Acaricio entre mis manos la fina cadena que tengo en mi cuello. Al tocarla, algo muy profundo llega a mi mente y a mi corazón. Hay detalles y regalos, que son tan emotivos, y llevan en si mismos tanta carga de amor y de sentimientos, que el simple roce los vuelve mágicos. Angela, con todo su corazón, me regaló un momento especial, de esos que siempre permanecen en el recuerdo frescos y vivos.


Los momentos que esta chica regala son de una calidad insuperable, al menos tal y como yo los siento. Incluso al pensar en estas palabras que escribo para describir estos momentos, el corazón vuelve a vibrar con más fuerza, mi pecho suspira de alegría, mis manos se deslizan suavemente sobre el teclado haciendo un rítmico tac-tac-tac mientras me abro a mostrar mis sentimientos. Sentimientos que se multiplican cada día que vivimos juntos.


Y es que la Vida sabe muy bien lo que se hace. Nos podrá parecer que todo es fruto de los encuentros y la casualidad. Yo os digo sin dudar, que hay personas que estamos hechas unas para otras, para encontrarnos en la vida y vivirla juntos. Que existen las almas gemelas, entendidas como dos seres que uno y el otro juntos son armonía en estado puro. Como nos sucede a Angela y a mi, que da igual lo que nos suceda, o donde estemos, la conexión se produce, suceden cosas inexplicables a la vez que maravillosas, que nos hacen tomar conciencia de a que nivel de relación hemos llegado, y lo que es más bonito aún, a que nivel podemos llegar si seguimos proponiéndonos ir hacia adelante -siempre hacia adelante- en nuestra relación y nuestro amor.


-Venga, corazón inquieto, niña preciosa, ángel del cielo... ¡Dulces sueños, princesa!.
-Venga, mi niño, descansa. TE AMO...
-TE AMO, Angela...

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